El sitio maya de Cancuén fue descubierto en el año 1900, pero no recibió la debida atención hasta 1999, cuando las nuevas investigaciones revelaron la escala enorme de las ruinas en este sitio. Se encuentra ubicado dentro del departamento de Alta Verapaz en Guatemala, al norte de Raxrujá.
Los arqueólogos le siguieron la pista a Cancuén durante gran parte del siglo XX, ya que no contaba con las pirámides enormes y estructuras defensivas que caracterizan a otras ciudades mayas importantes. Sin embargo, cerca del final del siglo un equipo de Estados Unidos y de Guatemala hizo hallazgos increíbles, incluyendo el palacio maya más grande que se halla conocido. Construido en los años 770 por el rey Taj Chan Ahk, este palacio es una estructura masiva de tres pisos y unas 8,2 hectáreas con 200 habitaciones y 11 patios. Es la estructura más impresionante del sitio.
Cancuén puede haber actuado como un centro comercial secular durante su apogeo. Su ubicación en el Río La Pasiín entre las tierras bajas del norte y las tierras altas del sur habría posibilitado el comercio sustancial entre algunas de las ciudades más grandes. Las cantidades enormes de pirita, obsidiana, jade y cerámica que se encuentran aquí refuerzan esta teoría. La plaza pavimentada de Cancuén, que cubre cerca de 2 kilómetros, probablemente fue utilizado como el mercado.
Otros artículos descubiertos en Cancuén incluyen un campo de pelota, una piscina, y un panel de piedra de 45 kg tallado con imágenes y jeroglíficos. El panel muestra al rey Taj Chan Ahk sentado sobre un trono en forma de nenúfar, junto a dos subalternos. Esto es especialmente interesante, ya que alude a la capacidad de Taj Chan Ahk a permanecer poderoso en momentos en que otras ciudades mayas estaban en decadencia.
Sin embargo, un hallazgo reciente revela una masacre por los ejércitos invasores de Ceibal y de Machaquilá en Cancuén alrededor del año 800. En este tiempo, el poder de Cancuén comenzaba a disminuir y la ciudad fue abandonada pronto.
Se cree que la carencia de templos piramidales, es debido a su proximidad a las cuevas de Candelaria, ya que se utilizaban para las ceremonias religiosas. En los sistemas de creencias mayas, se pensaba que las cavernas eran como pasaje al inframundo. Las cuevas de Candelaria, por tanto, habrían hecho la función de un templo para Cancuén.
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