Ubicada en el Golfo de Panamá, Isla Taboga se sitúa a tan sólo 12 millas náuticas de Ciudad Panamá. Frecuentemente conocida como "la isla de las flores", el clima tropical de Isla Taboga oscila entre los 23 °C, brindando las condiciones perfectas para crecer una hermosa variedad de flores coloridas y vibrantes.
El bote de salida hacia la isla se ubica a lo largo de la carretera Amador justo a las fueras de Ciudad Panamá. Usualmente habrán dos salidas de botes al día, en un viaje escénico que toma alrededor de 45 minutos. El bote al aire libre atraviesa la entrada del Pacífico del Canal de Panamá y pasa al lado del Puente de las Américas, brindando a los pasajeros vistas excelentes de Ciudad Panamá y de los enormes buques de carga esperando su turno para hacer uso del canal. Bandadas de aves vuelan junto al bote, y no es nada raro lograr divisar peces voladores, mantarayas, y algún delfín desde la cubierta del bote.
Una vez en la isla, la mayoría de visitantes giran hacia la derecha y se dirigen hacia la playa principal, Playa La Restinga. Playa La Restinga es limpia, segura para nadar, y cubierta por una arena sumamente suave. Los vendedores atentos alquilan sombrillas y alfombras de playa, mientras que los niños locales recorren la costa vendiendo gaseosas y bocadillos. Debido a su cercanía con Ciudad Panamá, Isla Taboga es un paraíso de fin de semana para los habitantes de la ciudad, queriendo decir que Playa Restinga podría estar abarrotado de gente durante la época seca.
Al dirigirse hacia la izquierda después de bajar del bote, se dirigirá hacia el preservado y prístino pueblo de Taboga. El pueblo, fundado en el año 1524, posee paredes color blanco y patios floreados que inspiran una nostalgia histórica. Hermosas casas bordean las calles angostas, con florecimientos de jasmín, hibisco y adelfa decorando las cercas. El pueblo se encuentra agradablemente consolidad en dos calles principales – la calle alta y la calle baja – y todos los servicios de la isla se encuentran a una distancia caminando. Los carritos de golf son el modo de transporte principal, ya que las calles son muy viejas y angostas para permitir el paso de muchos carros. La Iglesia de San Pedro, la segunda isla más antigua en todo el Hemisferio Occidental, se mantiene dignificada e icónica cerca del centro del pueblo.
El Cerro de la Cruz es un sendero un poco agotador cuesta arriba que comienza justo afuera del pueblo. El camino serpentea a lo largo de 5.2 kilómetros hasta la cima de una colina impresionante que permite observar el horizonte de Ciudad Panamá desde muy alto–desde la cima, es posible observar la fila interminable de barcos preparándose para entrar al canal. En la cima, también podrá apreciar los restos de unos búnker de guerra usados por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, premiando a los caminantes con un rastro tangible de la historia de la isla.
El pueblo es hogar de una población a tiempo completo y hasta hace poco ha comenzado a expandir su infraestructura turística. Sin embargo, gran parte de la construcción está tomando lugar en éstos días – un testimonio del deseo del pueblo por modernizar su imagen. Hay bastantes alojamientos, al igual que unas cuantas opciones modestas para cenar.
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