El templo de Pachacamac es un sitio arqueológico situado a 25 millas (40 km) al sureste de Lima. Este fue el centro de peregrinación más importante del antiguo Perú. Su ubicación céntrica atrajo a las culturas Moche, Nazca, Huari, Itchma e Inca hasta el valle de Lurín donde se encuentra con el Océano Pacífico.
Esta vasta zona arqueológica comienza con un museo muy bien organizado, donde se esboza la compleja historia de la ruina, un guía de habla Inglés puede mostrarle restos antiguos del sitio y la tumba. Si tiene suerte, puede ver una llama pastando en el camino de entrada. El sitio es tan grande que se necesita un vehículo para moverse entre las áreas.
"Pachacamac", es una palabra quechua que significa "mundo" (pacha) y “vivo” (camac) y en su totalidad: "El que da vida al mundo." El sitio ha sido el hogar y el centro religioso de muchas culturas, comenzando con los peregrinos de Moche, que emigraron desde el norte así como los peregrinos de Nasca, que llegaron desde el sur alrededor del año 200 aC. Estas personas utilizaron Pachacamac como su hogar y centro cultural por más de 400 años hasta que el Huari llegó. El Huari construyó la mayor parte de la ciudad, que probablemente fue utilizada como un centro administrativo. Una serie de diseños de influencia Huari aparecen en las estructuras, en las cerámicas y en los textiles que se encuentran en los cementerios de este período.
Después de la caída del Imperio Huari, Pachacamac siguió creciendo como un centro religioso para la cultura Itchma e Inca. La mayoría de la arquitectura y los templos fueron construidos durante esta etapa para recibir a cientos de peregrinos que veneraban al mismo dios. Los Incas construyeron cinco edificios, incluyendo un templo al sol en la plaza principal.
Todas las culturas trajeron ofrendas a la tierra sagrada para adorar a sus dioses. Las antiguas ofrendas encontradas por los arqueólogos incluyen textiles detallados, cerámica decorada, tallas de madera, conchas de mar, animales e incluso sacrificios de mujeres y niños. Entre 1940 y 1941, Julio C. Tello comenzó las excavaciones en el lugar, centrándose en el Templo del Sol, el Templo de Urpi, la Plaza y el templo de Mamacona. Llegando a la conclusión de que el templo de Mamacona fue un lugar para mujeres escogidas, las cuales recibían educación en el interior del templo para convertirse en monjas o esposas.
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