Arequipa también lleva el apodo de "La Ciudad Blanca", ya que la mayoría de los edificios están hechos de sillar, una piedra volcánica color blanco que se originan en los tres volcanes que rodean la ciudad. De hecho, el volcán Misti, la montaña Chachani y Pichu Pichu dominan la zona con su tamaño y belleza impresionante. El Misti es el más distintivo con su cumbre volcánica por lo general cubierta por nubes.

Según la leyenda, la ciudad fue fundada cuando el cuarto Inca, Mayta Capac acampó aquí. En 1540, los español renovaron la ciudad y muchos edificios actuales muestran el mismo tipo de influencia colonial que se puede ver en Trujillo y Cajamarca. Los terremotos han sacudido Arequipa durante los últimos siglos, pero la mayoría de los edificios han sido restaurados por los arequipeños, que parecen decididos por conservar su patrimonio.

El centro histórico de Arequipa tiene mucho que ofrecer a los viajeros e incluso está considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO; los atractivos principales son las iglesias y mansiones que datan del siglo XVIII. Sin embargo, el sitio destacado es el Monasterio de Santa Catalina muy fotogénico.

El Monasterio de Santa Catalina ocupa toda una manzana de la ciudad. Doña María Guzmán, una viuda rica que se hizo monja, organizó su construcción en 1579. El monasterio es único en tamaño y color, con casas que están decoradas con murales, frescos y arte religioso. Los callejones pequeños llevan el nombre de varias ciudades españolas como Toledo, Sevilla o Burgos y cada esquina, calle y plaza están decoradas con flores y plantas. No hace falta decir que es un lugar perfecto para tomar fotos.

Arequipa también es notable por su campo. La ciudad está rodeada de tierras de cultivo tradicional y el Molino de Sabandía, un molino de harina, no muy lejos. Construido en 1785 en piedra sillar blanco y reconstruido en los años 70, este molino utilizaba los métodos tradicionales para moler la harina utilizando la fuerza del agua. Acompañado con jardines bien cuidados, la sombra de los arboles sauces y la vista impresionante del Misti, el Molino de Sabandía es uno de los favoritos entre los excursionistas.