Situado justo al sur de Lima, en la costa del Pacifico, la Reserva Nacional de Paracas es un ejemplo perfecto del desierto costero de clima subtropical, donde los efectos de la conocida corriente de Humboldt, un flujo de agua fría desde el sur, ha influido en gran medida el área responsable de la gran variedad de fauna marina. Paracas cuenta con una gran colonia de lobos marinos y aves marinas, incluyendo el charrán inca, pájaros migratorios y flamencos que se alimentan de la fuente surtida de peces que llegan gracias a la corriente de Humboldt. También comparten sus aguas con delfines, tortugas, pulpos, calamares, almejas y cangrejos de color púrpura e incluso las especies en peligro de extinción como el cóndor y el avestruz negro que llaman a Paracas su hogar.

Los visitantes pueden explorar el parque en vehículo o en autobús turísticos con muchas paradas a lo largo en el parque, los atractivos más famosos son La Catedral, playa Roja y el Centro de Interpretación Museo en la entrada del parque. La Catedral es la roca arqueada más fotografiada, que se encuentra en las postales y otros recuerdos de la zona. En el 2007 un terremoto destruyó la parte superior del arco, pero aun así no le quita su belleza y unas vistas impresionantes. La playa Roja deriva su nombre de la arena de colores brillantes que contrastan con el agua azul y las formaciones rocosas de color amarillo que rodean la bahía, es una parada obligatoria para una foto. Las olas constantes golpeando los acantilados han erosionado las rocas, enviando diminutos granitos hacia la costa creando la Playa Roja. Las dunas azotadas por el viento, las playas vírgenes y los acantilados, hacen del Parque Nacional de Paracas un lugar lleno de belleza.

La reserva protege el ecosistema marino, junto con aproximadamente 100 sitios arqueológicos de la cultura Paracas pre-inca. En 1925, el arqueólogo peruano Julio C. Tello descubrió los primeros restos de la civilización Paracas. Sus hallazgos de momias, exquisitos textiles y cráneos antiguos dieron al mundo una idea de cómo esta civilización antigua trabajó. Los restos muestran un estilo de vida simple, dedicado principalmente a la pesca para los hombres y el tejido para las mujeres. La mayor parte de los restos humanos, comúnmente conocidos como fardos funerarios, están en una posición sentada y son grandes bultos formados por muchas piezas textiles que envuelven a una persona. Curiosamente, los textiles de Paracas se consideran como los logros de textiles más finos en el mundo.