En Costa Rica, decenas de manantiales, riachuelos y ríos, serpentean entre el bosque, y con tanta agua dulce, Costa Rica ha logrado satisfacer un parte significativa de sus necesidades energéticas a través de la generación de energía hidroeléctrica. A medida en que las cascadas se mueven a través de exuberantes terrenos en su camino hacia el mar, cientos de ellas pueden encontrarse a lo largo de los bosques lluviosos y zonas montañosas. Numerosas cascadas son desconocidas o permanecen cerradas al público, pero muchas que lo harán suspirar, se convierten en grandiosos destinos para hacer una excursión de un día, o para darse un baño refrescante en la tarde.