Ya sea que se trate de las calles, las iglesias grandes, la impresionante arquitectura moderna o simplemente la elevación alta, Quito lo dejará sin aliento. La ciudad se extiende longitudinalmente a lo largo del valle, dándole un horizonte interminable. Está dividido en dos secciones distintas: El Pueblo Viejo y Nuevo. El Pueblo Viejo conforma el centro original de Quito, el cual está lleno de iglesias, edificios gubernamentales y museos. El Pueblo Nuevo es el resultado de una población cada vez mayor, que se compone de apartamentos en las colinas, llamados miradores y parques. Explorar ambas secciones y sus correspondientes lugares de interés puede fácilmente llenar varios días de aventura.

Quito fue una vez una ciudad Inca importante. Sin embargo, cuando los conquistadores españoles llegaron en el año 1526, los gobernantes incas decidieron destruir la ciudad en lugar de permitir que cayera en manos de los españoles. Hoy en día, pocos artefactos incas permanecen. Durante los próximos siglos, Quito se transformó en un centro importante para el imperio español. Iglesias grandes y edificios del gobierno fueron construidos a lo largo de los siglos XVII y XVIII, por lo que Quito fue uno de los principales centros comerciales y religiosos en América Latina en ese momento. Al igual que muchos otros países de América Latina, los sentimientos revolucionarios fueron aumentando a principios del siglo XIX. En 1830, Ecuador obtuvo su independencia de España.

Como un nuevo país independiente, Ecuador nombró a Quito su ciudad capital. Quito continuó creciendo de manera exponencial después de la independencia. Un aumento de la infraestructura, incluyendo los edificios públicos y los ferrocarriles, ayudó a centralizar Quito. Como anfitrión de las instituciones gubernamentales y el comercio, muchos ecuatorianos dejaron sus pueblos en el campo para buscar trabajo en Quito. Fue durante este tiempo que Quito se expandió rápidamente y se formo el Pueblo Nuevo. Hoy en día, Quito se ha mantenido en el eje de un país muy centralizado, y todavía está experimentando un crecimiento.

A pesar de la falta de ruinas pre-incas, la influencia colonial española sigue prevaleciendo en el Pueblo Viejo. Aquí, las calles adoquinadas y las plazas, están entre las iglesias grandes y los edificios gubernamentales. Las iglesias como La Compañía y La Basílica del Voto Nacional, no se pueden perder, sus balcones altos dan a los visitantes vistas increíbles de Quito. Los lugareños se relajan y conversan en la Plaza Grande. El Palacio del Gobierno se encuentra en el centro del Pueblo Viejo. Mientras da un paseo por las noches en las calles estrechas de La Ronda, podrán degustar de la cocina ecuatoriana, ver los fabricantes de textiles artesanales y escuchar música tradicional.

Pueblo Nuevo es exactamente lo que su nombre indica: una composición de apartamentos modernos en las alturas, parques elegantes y museos de arte. Oficialmente conocido como Mariscal Sucre, esta parte de Quito revela su parte moderna hoy en día y también alude a su futuro. Sin embargo, Pueblo Nuevo puede ser un contraste bienvenido con el Pueblo Viejo, haciendo toda una experiencia en Quito. Los visitantes de Pueblo Nuevo podrán explorar los parques y museos culturales y de arte. El museo de La Capilla del Hombre muestra el cuerpo de trabajo del famoso artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, que se dedicaba al pasado turbulento y el futuro de los pueblos indígenas de América Latina.