La ciudad y los alrededores del campo de Arequipa tienen lugares fascinantes, algunos naturales y otros hechos por el hombre. Este recorrido le muestra un poco de ambos, incluyendo al famoso monasterio en Arequipa.

Yanahuara es un barrio al norte de Arequipa. Desde aquí, podrá tener una vista excelente del paisaje urbano idiosincrásico de Arequipa hecho de piedras blancas o sillar. En los días claros, también puede ver los tres volcanes en las cercanías de Arequipa.

Al este de Arequipa, los campos agrícolas de Paucarpata son exuberantes, con terrazas verdes en forma de zigzag por las laderas empinadas. Estas terrazas son desde antes de la civilización Inca. Son hermosas y fascinantes.

El Molino Sabandía, se ubica al sureste de Arequipa. Alimentado por el arroyo adyacente, la maquina en su tiempo molía los granos en harina para la gente de la región. Fue construido por primera vez en 1621, pero con el tiempo cayó en mal estado. Un esfuerzo coordinado restauró el edificio en 1973. La mecánica del molino también fue restaurada, así que usted puede verlo en acción. La arquitectura del molino ofrece algún punto de referencia para otros edificios construidos en el mismo período de tiempo, ya que es bastante utilitarista en comparación con algunos de los otros lugares de interés histórico en esta gira.

La Vía Paisajista es una carretera escénica que conecta el molino y el Palacio de Goyeneche. El tour lo lleva a lo largo de esta ruta para siga observando el campo. El distrito de Socabaya, es una de las zonas más antiguas de la zona de Arequipa y es visible desde esta carretera.

El pueblo de Huasacache es el hogar del Palacio de Goyeneche; este edificio también es conocido como La Mansión del Fundador. Inicialmente construido en el siglo XVII como el hogar de un obispo, esta mansión fue utilizada posteriormente por los jesuitas durante la ocupación Chilena en el siglo XIX. La mansión, junto al Río Socabaya, incluye una iglesia y ha sido renovada para organizar tours.

Un punto destacado en este tour es el Monasterio de Santa Catalina. Las construcciones de este enorme complejo inicio en 1580, donde las hijas de la élite sirvieron como monjas en este lugar. Si bien hoy en día hay menos monjas que antes, esto sigue siendo un monasterio activo. Las monjas que viven y trabajan aquí venden sus pasteles horneados en la cafetería dentro del monasterio. Es posible que se antoje de un aperitivo después del recorrido, el monasterio a menudo se describe como una ciudad dentro de una ciudad. Los muros altos bordean un laberinto de edificios y las calles ocupan toda una manzana. Podrá observar varios patios, viviendas, una capilla y una galería de arte. También hay un depósito de cadáveres con retratos de las monjas que vivían aquí. Mientras camina por las calles de piedra de Santa Catalina, podrá darse cuenta por qué este es uno de los edificios religiosos más importantes del Perú.

Zapatos cómodos, cámara y protector solar.

Transporte y guía.