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Problemas Ambientales en Panamá

Como otros países en Suramérica y Centroamérica, Panamá ha enfrentado serios problemas con el ambiente. Durante mucha de la historia del pais, el dinero tomó precedencia sobre la conservación, y una ética del "hombre sobre la naturaleza" se difundió en la cultura. Los bosques fueron deforestados rutinariamente para hacerle campo al ganado. La tierra fue agotada y los hábitats destruidos.

Panama

Sin embargo, en el siglo XX Panamá comenzó a tomar pequeños pasos en la dirección opuesta. El país comenzó a crear áreas protegidas (incluyendo parques y refugios de vida salvaje), a escribir leyes para el ambiente, y a establecer agencias de conservación. Mientras los demás países en la región tomaron acción en proteger sus propios recursos naturales, algunos en el gobierno Panameño tomaron apuntes e instaron a su país a enlistarse a la causa.

La economía de Panamá siempre ha estado atada a su única posición. Desde el comercio Español del oro en el siglo XVII, éste pequeño istmo ha sido el centro del comercio, de la extracción de recursos naturales, y de intercambios económicos transcontinentales por siglos. En éstos días no es diferente. El Canal de Panamá está siendo expandido y Ciudad Panamá se está convirtiendo en una mecca para el negocio y las actividades bancarias extranjeros. Sin embargo, todo esto viene con un costo para el ambiente. La industria - ya sea en la forma de turismo o de operaciones mineras - puede causar una gran pérdida a la naturaleza. Cuando se construyen carreteras, el desarrollo de las bienes raíces, de proyectos hidroeléctricos, y de granjas es inevitable.

En estos días, Panamá está haciendo un gran esfuerzo por balancear el desarrollo económico con la protección ambiental. Tristemente, el gobierno Panameño ha hecho un trabajo muy pobre en proteger las áreas protegidas, y las agencias guardianas frecuentemente carecen del verdadero poder necesario para proteger los recursos naturales. Pero aún así, hay un gran movimiento ambientalista creciendo en Panamá. Los Panameños están comenzando a darse cuenta de la tremenda importancia de sus ríos, bosques y costas. Esta conciencia respecto a los problemas ambientales tendrá un gran impacto en el futuro del país.

Deforestación

En la segunda mitad del siglo XX, Panamá presenció el exterminio de casi la mitad de sus bosques primarios restantes. Alrededor de 2.2 millones de hectáreas (5.4 millones de acres) de hábitats de gran importancia fueron destruidos, principalmente por granjas y ranchos de ganado. Al inicio del siglo XXI, aproximadamente el 40 porciento del país todavía estaba cubierto por bosques primarios. 50 años después, sólamente el 70 porciento.

Las estimaciones varían, pero es pensado que la deforestación es responsable de la tala de 50,000 hectáreas (123,500 acres) de bosques al año en Panamá - una pérdida de un poco más de un porciento por año. La deforestación está avanzando más críticamente en Colón, Darién, y en las provincias de Bocas del Toro. Panamá es un punto vital en el Corridor Mesoameericano Biológico, que conecta los ecosistemas de Norteamérica y Suramérica - 122 especies de aves migratorias pasan por el país cada año. De las 978 especies de aves de Panamá, 12 son endémicas, 120 son raras, y 20 están amenazadas mundialmente. La deforestación tiene el potencial de interrumpir rutas migratorias de gran importancia y causar un daño ecológico duradero no sólo en Panamá, pero en Norteamérica y Suramérica por igual.

Éstos bosques han sido talados con el fin de construir carreteras, ranchos para ganado, y para la agricultura. Una vez que un bosque se ha ido, la tierra se erosiona rápidamente, especialmente durante la época lluviosa. La erosión del suelo es un problema serio. Cuando la tierra se erosiona, es sumamente difícil para las plantas establecer sistemas de raíces, y los nutrientes restantes son lavados constantemente. La cobertura del terreno de Panamá consta de un 78 porciento de tierra montañosa, lo que hace que la tierra se erosione aún más rápido. Cualquier tierra restantes es luego explotada para operaciones granjeras y es agotada rápidamente. El ciclo se repite, y los granjeros, taladores, y rancheros se mudan a otras partes del bosque.

Mientras granjeros pobres de subsistencia se encargan de talar muchos bosques, intereses comerciales - incluyendo operaciones con el café, el banano, y la caña de azúcar - han hecho un daño considerable. El gobierno de Panamá también continúa permitiendo operaciones mineras y proyectos hidroeléctricos en áreas sensibles ambientalmente. Éstas operaciones no sólo se encargan de degradar el paisaje natural, pero también desplazan a las poblaciones indígenas que han vivido en esas tierras por cientos de años.

En las últimas décadas, se han hecho esfuerzos para reforestar algunas partes de Panamá. Pero según los críticos, la política del gobierno de incentivos tributarios es defectuosa. Una falla frecuentemente mencionada es que dos tercios de los árboles plantados hasta el momento han sido tecas, una especie no nativa en el país. La teca es una materia prima; es plantado en granjas de árboles con el fin de cosechar la madera para venderla. Además, los animales y las aves casi no hacen uso de la teca, así que los árboles no crean nuevos hábitats.

Desde el inicio del siglo XXI, un total de 46,000 hectáreas (114,000 acres) de terreno ha sido reforestado. Esto es menos de lo que se pierde anualmente por la deforestación.

La forma en que Panamá eliga combatir la deforestación será de gran importancia para el siglo por venir. La protección de bosques asegurará un hábitat saludable a los animales y un aire limpio para los humanos, al igual que brindar al ecoturismo el potencial para despegar verdaderamente.

Recursos Hídricos

Panamá está bordeado por dos océanos y posee cientos de ríos y riachuelos que fluyen a lo largo de sus tierras. Desafortunadamente, el agua de algunos ríos y océanos está contaminada y necesita ser protegida.

Se dice que hace medio siglo todavía se podía nadar libremente en la Bahía de Panamá a las afueras de Ciudad Panamá. En éstos días, ir por una nadada aquí podría enfermarlo. Las aguas residuales y los desperdicios industriales algunas veces es desechado directamente a la bahía y ha hecho el agua tóxica. De acuerdo al Ministerio de Salud, sólamente un 60% de los residentes de Ciudad Panamá poseen el sistema de alcantarillado actual. Sin embargo, muchas de las aguas residuales son almacenadas en tanques sépticos con poco mantenimiento, y como consecuencia las aguas residuales son vertidas en la bahía con ningún tratamiento. El gobierno ha estado planeando hacer una limpieza de la bahía por años. En el 2006, se aprobó un plan para lidiar con las aguas residuales y limpiar la bahía. El proyecto costó $238 millones USD y su término ha sido programado para Junio del 2013.

Panamá posee agua potable disponible en prácticamente todo el país. Aparte de algunas partes de Bocas del Toro y de algunas regiones más remotas, usted podrá beber agua del grifo de casi cualquier parte y tener la seguridad de que no se enfermará. La pureza del agua se debe en gran parte al legado de la Panama Canal Company, que tuvo estándares de higiene muy estrictos. El parteaguas del Canal de Panamá provee de agua a las grandes áreas metropolitanas de Ciudad Panamá y Colón. No obstante, la urbanización, la contaminación, y la agricultura de roza y quema amenazan éste parteaguas y la calidad de sus aguas. Actualmente las agencias del gobierno y las ONGs están trabajando para lidiar con este problema y mantener el agua limpia y segura para beber.

Similar a la deforestación, los manglares en Panamá están siendo cortados por el desarrollo del país. De hecho, en las últimas décadas el país ha perdido más de la mitad de sus bosques de manglares. Los manglares son un componente esencial para los ecosistemas marinos. Ellos proveen el hábitat tanto para especies marinas como terrestres y ayudan a prevenir la erosión costera. Panamá posee algunos de los bosques de manglares más extensos de Centroamérica. La protección de estos ecosistemas es de suma importancia.

Parques y Áreas Protegidas

Las 76 áreas protegidas de Panamá están compuestas de parques nacionales, parques marinos, reservas de vida salvaje, humedales protegidos, y bosques amortiguadores. En total éstas áreas cubren cerca de dos millones de hectáreas (casi 5 millones de acres), un 25 porciento del área total del país. La mayoría de las áreas protegidas son parte de los 13 parques nacionales o parques marinos del país. También hay un parque internacional de gran tamaño (Parque Internacional La Amistad) que es compartido con Costa Rica. La Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), la autoridad ambiental en Panamá, se encarga de manejar todos los parques y las áreas protegidas.

El primer parque nacional de Panamá fue establecido en el año 1996. El Parque Nacional Altos de Campana, inició el cambio hacia una mejor conservación ambiental. Desde entonces, el país se ha movido lentamente hacia la conciencia ambiental y la sostenibilidad. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer. La caza, la pesca, la agricultura y la tala ilegal todavía ocurre en algunas áreas protegidas, y muchas áreas al aire libre de gran importancia siguen sin tener protección alguna.

Todos los parques de Panamá tienen estaciones de guardabosques. Las instalaciones pueden ser bastante básicas y generalmente sólo habrá uno o dos guardabosques disponibles. Aún así, estos guardabosques podrán ayudar a los visitantes a decidir cómo desean explorar el parque y les proveerán información valiosa respecto a la flora y la fauna. Los sistemas de senderos difieren de parque a parque, pero la mayoría son simples y adecuados para el caminar. Cuando camine, ponga atención a los letreros y esté consciente de a dónde se dirige - no quisiera perderse ahí afuera.

Sostenibilidad

Históricamente, Panamá ha puesto un énfasis en la economía y el desarrollo, mientras ignora el efecto que éste desarrollo podrá tener en el ambiente. Como consecuencia, la sostenibilidad es un término relativamente nuevo para este país. El gobierno todavía tiende a actuar bajo el interés de grupos poderosos que explotan en lugar de preservar los recursos naturales del país. También se espera que el cambio climático tenga un impacto significante en Panamá, tomando en consideración el agua, la energía, y la seguridad humana. Para mantener una fuerte economía y a la vez mitigar los efectos del cambio climático, es esencial para Panamá proteger los ecosistemas naturales y crear alternativas económicas sostenibles para los inversionistas.

Actualmente, la sostenibilidad en Panamá cae más que todo dentro del ámbito del negocio (hoteles y proyectos de eco-turismo), la agricultura, y las áreas al aire libre protegidas. El país ha avanzado hacia una mayor protección ambiental en los últimos cincuenta años, y hoy en día un 25 porciento del área total de Panamá está protegida. Aún así, la mayoría de prácticas agrícolas siguen siendo insostenibles, ya que bosques y manglares son arrasados para hacer espacio a granjas, ranchos, y el desarrollo de bienes raíces. No obstante, hay un naciente movimiento hacia prácticas agrícolas más sostenibles.

Muchas de las plantaciones de café alrededor de Boquete constan de café cultivado a la sombra, que es mucho menos perturbador al ambiente que el café crecido en campos abiertos. El café cultivado a la sombra es plantado debajo de árboles, lo que previene la erosión, produce abono natural, y preserva el balance químico del suelo. Los árboles también proveen hábitat a insectos, mamíferos, y cientos de especies de aves.

Unos cuantos hoteles ecológicos y otros hoteles amigables con el ambiente han aparecido en Panamá, aunque definitivamente no son la norma. Estos hoteles tienden a reducir su impacto en el ambiente reduciendo el uso de energía, usando productos reciclados, y contribuyendo con la comunidad local (por ejemplo, a sembrar árboles o a recolectar basura). Sin embargo, la mayoría de hoteles en Panamá son insostenibles.

Mientras viaje por Panamá, evite comprar souvenirs que estén hechos de animales en peligro de extinción, incluyendo dientes de jaguar y joyería de caparazón de tortuga, al igual que la joyería hecha de coral. También evite comer langosta, ya que es víctima de la sobrepesca, más notablemente por la población de Guna en las Islas San Blás. Algunos viajeros también quisieran abstenerse de comer carne de res. El ganado vacuno en Panamá ha conducido a una amplia deforestación y a la destrucción de importantes ecosistemas.

Los viajeros podrían tomar un papel crucial en ayudar a la industria ecológica a desarrollarse en Panamá en los años por venir. Si los dueños de empresas ven una alta demanda por los viajes sostenibles y de bajo impacto, podrían adoptar un enfoque más consciente con el ambiente.

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