Guatemala tiene una rica tradición artística que se remonta a la época de los mayas. El arte vive en la Guatemala de hoy, es evidente en la música, la literatura y las pinturas que se encuentran en todo el país. Ya sea que se encuentre escuchando una banda en ciudad de Guatemala o visitando un museo en Antigua, de seguro disfrutará de las ofertas artísticas de este país.
La aventura en Guatemala inicia explorando la rica cultura del país a través de su escena y variedad musical. Es probable que durante los viajes en autobús escuche música de los 80s y 90s. En otros lugares, como restaurantes y bares es común escuchar música ranchera y tejana; la influencia mexicana es tan grande que hasta podría encontrar mariachis tocando en un restaurante o fiesta. En la costa Caribe, la población garífuna de Guatemala tiende a escuchar más música como reggae, música heavy que incluye Punta Rock y Reguetón
El instrumento musical más popular en Guatemala es la marimba. Este es un gran xilófono de madera que se toca con pequeños bolillos; a menudo se toca en hoteles y restaurantes de lujo, especialmente en destinos populares. Las marimbas no siempre se utilizaron en Guatemala, durante la época precolombina los instrumentos mayas consistían en flautas de madera, tambores y raspadores de hueso.
Para aprender más sobre las tradiciones musicales de los mayas de las montañas de Guatemala, visite el museo Casa K'ojom, el cual se ubica a las afueras de Antigua en la pequeña ciudad de Jocotenango.
Los días festivos y festivales son otra oportunidad para disfrutar la música y el baile guatemaltecos; además, le brindan la oportunidad de explorar la cultura del país, sobre todo cuando tienen sus raíces en la religión.
El arte visual de Guatemala comenzó con los mayas, quienes pintaron murales y esculpieron estelas; pese a que pocos murales mayas han sobrevivido, los que quedan, tienden a mostrar escenas de la vida diaria y de la naturaleza. Las estelas están cubiertas de tallas e inscripciones, a menudo de reyes o dioses.
Durante la época colonial española se creó una importante cantidad de arte; sin embargo, la mayor parte era anónimo. Las excepciones incluyen el Cristo Negro de Esquipulas, esculpido por Quiro Cataño en 1595. Hoy en día los peregrinos llegan de toda América Central para visitar esta escultura. Tomás de Merlo (1694-1739) es otro artista cuya obra colonial ha sobrevivido, sus pinturas aún se pueden ver en el Museo de Arte Colonial en Antigua.
El artista visual más conocido de Guatemala es Carlos Mérida (1891–1984), quien estudió pintura en París a principios del siglo XX; su arte indigenista combinó el modernismo europeo con temas americanos, haciendo que su trabajo sufriera varias transiciones que incluyeron: una fase figurativa, una fase surrealista y una fase geométrica. Gran parte de su trabajo se puede apreciar en el Museo de Arte Moderno en Ciudad de Guatemala.
Durante el siglo XX, el arte visual guatemalteco abarcó temas y representaciones indígenas, lo que a menudo romantizó la cultura indígena en el proceso. Entre los pintores están: Kaqchikel, Andrés Curruchich (1891–1969) y Alfredo Gálvez Suárez (1899–1946). Este estilo se puede apreciar en los murales del Palacio Nacional de la Cultura de Ciudad de Guatemala, muchos de ellos realizados por Alfredo Gálvez Suárez.
La figura literaria más conocida de Guatemala es Miguel Ángel Asturias (1899–1974), Premio Nobel de Literatura 1967; entre sus obras más famosas se encuentran: El Señor Presidente (1946), Hombres de Maíz (1949) y El Papa Verde (1954). Los temas describen dictadores, campesinos mayas y la United Fruit Company.
El primer escritor notable de Guatemala fue Rafael Landívar (1731-1793), un sacerdote jesuita y poeta de Antigua. Su obra más importante fue el poema Rusticatio Mexicano que describe las costumbres locales del momento. En 1767 Landívar se vio obligado a abandonar Guatemala cuando la Corona española expulsó a los jesuitas de América.
Entre los escritores guatemaltecos modernos se destacan Víctor Perera (1934–2003), cuyos libros cubren la historia y la cultura guatemaltecas e incluyen La conquista inacabada (1993) y Ritos: Una infancia guatemalteca (1986). El novelista Francisco Goldman también es muy respetado con novelas como: The Ordinary Seaman (1997) y The Divine Husband (2004).
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