Despúes de un siglo XX bastante turbulento, Perú preogresa cada año hacia un buen manejo y aprovechamiento de sus abundantes recursos naturales y atracciones turísticas. La economía de Perú se ha destacado por una dependencia en poderes extranjeros - primero bajo el dominio colonial y después por medio de una serie de tratados de comercio con otros países. En el siglo XX, Perú lidió con una embestida de dificultades políticas y económicas entrelazadas, incluyendo insurgencias comunistas, regímenes autoritarios, deuda masiva, y rápida inflación. Para inicios de la década de 1990, los principales grupos terroristas habían sido disueltos en gran parte, y la economía comenzó a recuperarse.
A principios de la década del 2000, Perú experimentó rápidas ganancias económicas. Este progreso se vio acompañado de elevados niveles de educación y salud. Hoy en día, la esperanza media de vida en Perú es de 74.5 años, y la tasa de alfabetismo entre adultos es de 89.6 porciento. Los recursos educativos también se han visto expandidos, y un 97.1 porciento de todos los niños están matriculados en la escuela. Los niños en la ciudad tienen una fuerte ventaja educativa sobre los niños de áreas rurales. De los trabajadores menor de edad, un 68 porciento de ellos viven en áreas rurales, desempeñándose en tareas relacionadas a la agricultura y la minería. El año 2012 marcó el inicio de mejoramientos bastante significativos en las leyes que regulan el trabajo infantil, y se tiene esperanza en que las regulaciones más estrictas se traduzcan en más educación para los niños de las comunidades agrícolas.
Las costumbres sociales católicas y la cultura del machismo se han encargado de preservar los papeles tradicionales de género en Perú. El divorcio sigue siendo un tabú, y las mujeres casadas usualmente permanecen en un ambiente doméstico. Los mercados al aire libre – todavía uno de los destinos de compras más comunes – siguen siendo dirigidos principalmente por mujeres. Al igual que en muchos países Latinoamericanos, las familias grandes y unidas organizan reuniones regularmente los fines de semana y durante los feriados públicos.
Perú tiene un gran número de agricultores de subsistencia, sin embargo las poblaciones rurales aún viven relativamente aisladas a través de los Andes. A inicios de la década de 1960, la distancia entre la clase alta y los obreros comenzó a acortarse. En las últimas dos décadas, enormes mejoras en la infraestructura y las incrementadas opciones de transporte han facilitado la exploración de los diversos ambientes y culturas de Perú; tanto para los turistas como para los nativos.
La economía Peruana depende principalmente de la agricultura y de los depósitos de petróleo, minerales, y metales preciosos. Perú también exporta grandes cantidades de productos. La mayoría de los productos terminan en Suramérica, pero algunos llegan hasta Estados Unidos gracias a un tratado de libre comercio firmado en el 2007. Además, Perú también dispone de una gran abundancia de recursos naturales, incluyendo zinc, cobre, mercurio, plata, y oro. Las empresas mineras proporcionan trabajos a los Peruanos, pero las empresas usualmente no son dueñas de los recursos.
Empresas provenientes de Estados Unidos y Argentina son propietarias de los gasoductos que extraen gas de la Cuenca Amazónica. La corporación estadounidense Halliburton es dueña de la refinería en las campos de gas Camisea; y la corporación proveniente de Colorado, la Newmont Mining Corporation, se encarga de operar la Mina de Oro Yanacocha en el norte de Perú.
Varios desastres naturales se han encargado de obstaculizar el crecimiento económico saludable de Perú. Al sur de Perú los terremotos han hecho estragos; esta área se ubica encima de la placa tectónica Nazca, la cual se encuentra en desplazamiento. Además de los daños inmediatos, estas catástrofes han provocado daños a largo plazo destruyendo o dañando importantes atracciones turísticas. Por ejemplo, en el 2001, un terremoto se encargó de desmantelar una de las torres de la catedral del siglo XVII en Arequipa.
Otras ciudades que han sido azotadas por severos terremotos en la última década incluyen Pisco, Chincha, e Ica. A intervalos impredecibles, un misterioso patrón climático llamado El Niño llega a paralizar a Perú. En 1982 y 1998, devastadoras tormetas inundaron ciertas partes del norte de Perú. Ambas tormetas ocurrieron en momentos políticamente precarios, lo que empeoró la crisis del momento significativamente.
Uno de los recursos más diversos de Perú se ha topado con tremendos daños. Desafortunadamente para las plantas, la vida salvaje, y los nativos de la selva, los Amazonas son hogar de unos recursos naturales bastante caros. Algunas empresas han comenzado a extraer petróleo de la cuenca Amazónica. Incluso, Mobil Oil ha comenzado a buscar oportunidades en Las Piedras y en el Valle Candamo; áreas habitadas por grupos indígenas y raras especies de plantas y animales. Algunos Peruanos que viven cerca de la selva también están involucrados en la tala ilegal de árboles.
El Parque Nacional Manu y la Reserva Nacional Pacaya Samiria son enormes reservas ubicadas en los Amazonas; ambas están dedicadas a conservar y apoyar el ecoturismo de los Amazonas. A partir del 2001, Perú comenzó a permitir áreas de conservación gestionadas por la comunidad. La Reserva Ecológica Chaparrí y la Reserva Tamshiyacu Tahuayo son ejemplos exitosos del involucramiento local gubernamental en el incremento de los recursos federales limitados.
No fue sino hasta finales de la década de 1990 que Perú comenzó a alcanzar su potencial como un destino turístico. El 16 porciento de la tierra de Perú corresponde a áreas protegidas. Estas áreas obtienen cierto financiamiento por parte del gobierno, y reciben grandes donaciones de organizaciones extranjeras. Además, el gobierno Peruano también está trabajando para que los destinos más populares del país no se vean afectados por grandes cantidades de visitantes. Por ejemplo, para poder visitar muchos monumentos de la región de Cusco, primero deberá comprar un tiquete de tursimo. Además, el gobierno ha impuesto límites para regular la cantidad máxima de personas que pueden realizar el Camino Inca tradicional al mismo tiempo. Se espera que estas medidas permitirán que el creciente número de visitantes puedan seguir apreciando y admirando todas las impresionantes atracciones de Perú.
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