Mientras maneja por Cuba, usted podrá apreciar plantaciones de caña de azúcar, tabaco, y maíz que se extienden a la distancia. Dejando de lado la escénica apariencia del país, Cuba ha encontrado tiempos difíciles con su producción agrícola por mucho tiempo. Por décadas, enormes porciones de la isla se han puesto barbechas, y a día de hoy el país debe importar la mayoría de su comida. Eso ha cambiado poco a poco, pero Cuba todavía tiene un largo camino por recorrer para alcanzar la posibilidad de alimentar a la mayor parte de su población.
Cuando se trata de agricultura, Cuba posee un gran potencial. René Dumont, un famoso agrónomo francés, dijo una vez: "con el adecuado manejo, Cuba bien podría alimentar a una población cinco veces más grande que la actual". Sin embargo, tal como está, Cuba no puede alimentar a sus habitantes. En el año 2010, el país importó alrededor del 80 porciento de la comida consumida; aproximadamente un 35 porciento de esta comida provino e Estados Unidos, convirtiendo a este país en el mayor proveedor de comida de Cuba. Además, alrededor del 50 porciento de la tierra en Cuba se encuentra inactiva y sin cultivos.
Durante el tiempo de Batista, las tierras más arables de Cuba fueron utilizadas para el cultivo de caña de azúcar. El azúcar solía ser exportado a Estados Unidos y otros países. Después de la revolución, las plantaciones fueron confiscadas por el estado pero siguieron produciendo caña de azúcar, de la cual la mayoría fue exportada hacia Rusia (junto con ron). A cambio, Rusia enbió petroquímicos, petróleo, comida, y maquinaria a Cuba. Una vez que la Unión Soviética colapsó, el acuerdo se estropeó, y la agricultura sufrió un serio golpe en Cuba. Dado a que Cuba se confió tanto en los cargamentos de comida internacionales, el país estaba mal preparado para alimentar a su propia gente. Los agricultores eran sumamente habilidosos para la agricultura industrial a gran escala, pero conocían poco de otras técnicas.
A inicios de los noventas, el país tuvo que resistir otra caída cuando fue afectado por sequías y tormentas. Al mismo tiempo, los agricultores se vieron incapacitados para importar importantes materiales, como fertilizantes y equipos agrícolas, los cuales pudieron haber contruibuido enormemente al rendimiento de los cultivos.
Desde 1990 hasta 1994, hubo una masiva caída en la producción de alimentos en Cuba; y una hambruna generalizada afectó a la isla. Durante este Período Especial, a como Fidel eufemísticamente lo llamó, el consumo calórico cayó gravemente y el cubano promedio perdió alrededor de 9 kilogramos. El comercio extranjero con Cuba también disminuyó un 70 porciento y toda la economía tuvo una caída aproximada de 35 porciento. Las políticas estadounidenses, las cuales expandieron el embargo a negocios extranjeros que comerciaban con Cuba y no permitían que nadie hiciera negocios con Cuba para entrar a Estados Unidos, fueron justamente culpados por esta drástica reducción en la economía.
En 1993, el gobierno comenzó a cambiar su forma de manejar las cosas y descentralizó la gestión de las plantaciones del país. Por lo tanto, se encargó de crear cooperativas que cultivaban la tierra del gobierno con la capacidad de ser los dueños — aún así, los cultivos seguían siendo vendidos al estado a un precio fijo. Hoy en día existen plantaciones privadas que producen alrededor del 70 porciento de todos los alimentos en Cuba. Las haciendas privadas deben vender el 80 porciento de sus cultivos al estado, y vender el resto en el mercado.
Raúl ha seguido insistiendo para pasar nuevas reformas agrarias. Más de 1.5 millones de hectáreas de tierra estatal posee un derecho de usufructo para motivar a los agricultores cubanos a retomar las prácticas agrícolas. Estos agricultores son fomentados a invertir tiempo y esfuerzo en mantener la tierra saludable, y tiene permitido heredar dichos derechos a sus niños.
Las comunidades locales han incrementado su poder y autonomía sobre la producción de su propia comida, y los agricultores finalmente están recibiendo pagos más elevados por sus cultivos. Además, las cooperativas privadas ahora tienen permitido gestionar la distribución de los alimentos, lo que antes solía ser controlado por el estado.
A pesar de todas estas mejorías, Cuba aún lucha por producir suficiente comida para su gente. Los cubanos también gastan una enorme cantidad de dinero en comida. Aunque todos los cubanos reciben raciones de comida por parte del gobierno, la mayoría gastan entre 80 y 90 porciento de su ingreso discrecional en comida.
Últimamente, han aparecido pequeños jardines urbanos gestionados por la comunidad por todo Cuba. Estos organopónicos desarrollan productos sin la ayuda de fertilizantes o pesticidas. Aunque estos jardines inicialmente surgieron como una respuesta a la escasez de alimentos después del desmoronamiento de la Unión Soviética, hoy en día producen alrededor de la mitad de todos los alimentos en Cuba. Anteriormente, Cuba solía utilizar más fertilizantes que Estados Unidos, pero actualmente está adoptando una etnia medioambientalista poco a poco en lo que respecta a la producción de comida.
Hasta el colapso de la Unión Soviética, Cuba solía importar enormes cantidades de químicos agrícolas. Después de la caída del oso Soviético, la cadena de suministros se secó y Cuba se vio incapacitado de costear pesticidas y fertilizantes de otros países.
Anteriormente, los agrónimos de Cuba apoyaban la idea de una agricultura colectiva industrial a gran escala. No obstante, una vez que las plantaciones industriales fueron imposibles de manejar, tuvieron que volver a elaborar una lluvia de ideas para encontrar una forma de seguir desarrollando los cultivos. Los agricultores locales insistieron en obtener un mayor control sobre la tierra, y después de un poco de resistencia, el gobierno eventualmente descentralizó el manejo de las plantaciones. Hoy en día, el estado aún posee las tierras, pero arrienda parcelas a agricultores que estén dispuestos a producir comida.
Al carecer de herbicidas, pesticidas, y fertilizantes, los agrónimos de Cuba han impulsado un sistema agroecológico. La agroecología depende de la permacultura en lugar de la monocultura, y utiliza sistemas naturales para mantener a los cultivos saludables y en buena forma. Por ejemplo, las caléndulas son usadas para atraer polinizadores; los frijoles fijadores de nitrógeno sustituyen a los fertilizantes inorgánicos; los insecticidas naturales mantienen a los insectos dañinos lejos de los cultivos; y los abonos ricos en nutrientes están elaborados a partir de productos y estiércol orgánicos. En el año 2007, Cuba produjo más alimentos que en el año 1988 utilizando un cuarto de químicos. Esto sí fue una verdadera victoria agrícola.
Sin embargo, durante los últimos 5-10 años, Venezuela ha enviado fertilizantes químicos a Cuba, y el traslado a la agricultura orgánica cada día parece ser menos necesario. Algunos agricultores cbanos también han advertido que las relaciones rehabilitadas con Estados Unidos podría traducirse en más fertilizantes químicos y pesticidas siendo utilizados en la tierra cubana. Después de todo el progreso que Cuba ha logrado con la agricultura orgánica, sería una lástima atestiguar una recaída al sistema agrícola industrial dependiente de agroquímicos.
La producción de azúcar tiene una larga historia en Cuba, y por décadas enteras la caña de azúcar ha disfrutado de un monocultivo virtual en esta isla. El azúcar originalmente solía ser exportado a países con intereses imperialistas en Cuba, incluyendo España, Estados Unidos, y la Unión Soviética. En la década de 1970, Cuba produjo alrededor de 5 millones de toneladas de azúcar por año; para finales de la década de 1980, el país se encontraba produciendo aproximadamente 7,5 millones de toneladas por año. De esto, Casi el 75 porciento fue enviado a la Unión Soviética.
Queda de más decir que el colapso de la Unión Soviética tuvo un impacto severo en la economía de Cuba y la indrustria del azúcar. En respuesta, el gobierno intenó cultivar aún más azúcar para mantener la economía a flote. La nueva competencia, de países como India, también fue una dificultad naciente. A inicio de los noventas, Cuba produjo alrededor de 7 millones de toneladas de azúcar; mientras que en el año 2013, la cosecha cayó hasta 1,4 milones de toneladas.
Desde el cambio de siglo, Cuba se vio forzado a cerrar la mayoría de sus molinos de caña; dejando abiertos sólamente 39 de 156. Más de 3 millones de acres que uno vez fueron dedicados al azúcar, se tuvieron que disponibilizar para cultivar otros cultivos. En el Valle de los Ingenios, ubicado justo en las afueras de Trunidad, usted puede visitar varias plantaciones de azúcar antiguas. Usted puede explorar las casas estatales donde los propietarios solían vivir y apreciar las herramientas que solían ser utilizadas para mantener a los molinos con un funcionamiento óptimo. El Valle solía ser la región más importante en Cuba para el cultivo de azúcar durante el siglo XIX, y la riqueza que generó ayudó a crear muchas de las viejas mansiones que todavía están de pie en Trinidad.
El otro cultivo que probablemente usted observe en Cuba es el tabaco. Aproximadamente 68,000 hectáreas están destinadas al desarrollo de tabaco, convirtiéndolo en el segundo producto agrícola más valioso en el país. La región más importante para su desarrollo es el valle de Vuelta Abajo en la provincia de Pinar del Río; las provincias de Sancti Spiritus y Villa Clara también cultivan una buena cantidad de tabaco, más que todo dentro de la región de Vuelta Arriba. La mayor parte de las plantaciones de tabaco en Cuba son de dominio privado y de menos de 10 hectáreas. En el año 2010, Cuba exportó aproximadamente 150 millones de cigarros, lo que trajo alrededor de $368 millones USD en ganancias. Los compradores principales son Francia, España, y China.
Además, en Cuba también se produce café de excelente calidad. La mayoría del café se cultiva en las colinas montañosas en el este de Cuba, pero el mejor café proviene de la Sierra Escambray arriba de Trinidad. Hay unas cuantas cafeterías en esta área que sirven un café fresco y delicioso. Sin embargo, Cuba ya no produce la cantidad de café que producía antes — en el año 2010, Cuba cosechó alrededor de 5,500 toneladas de café, conformando la cosecha más pequeña en 20 años. El café de mayor calidad es segregado para la exportación.
Además, Cuba también cultiva cítricos, de los cuales la mayor parte son utilizados para jugos y extractos que serán exportados posteriormente. Chile e Israel han hecho inversiones en la producción de cítricos en Cuba, lo que podría incrementar la producción.
Antes de la Revolución, Cuba disponía de aproximadamente 6,5 millones de reses. Después de que Fidel llegó al moder, el estado se apropió del ganado y sacrificó los rebaños por la caída en la producción. Para inicios de la década de 1960, solo quedaba alrededor de 2 millones de reses. Sin embargo, Castro priorizó la ganadería y para el año 1980 solían haber alrededor de 7 millones de cabezas en Cuba. Las cosas se han deterioriado en el camino una vez más, y hoy en día hay alrededor de 3,7 millones de reses en CUba. El peso promedio se ha reducido en un 60 porciento, y la producción de lecho ha caído un 50 porciento.
Hoy en día, las plantaciones privadas sí pueden desarrollar ganado, pero no tienen permitido sacrificar animales para su propio consumo o incluso vender la carne. Si una vaca muere, el agricultor recibe una multa. A excepción de los restaurantes lujosos, es particularmente raro encontrar carne en un menú en Cuba. La mayoría de cubanos nunca han probado la carne, dado a que posee un precio muy elevado para su presupuesto.
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