Si usted es un aficionado de los coches clásicos, Cuba es prácticamente el lugar más glorioso en el planeta. Es como un enorme espectáculo de vehículos, donde carros de las décadas de 1940 y 1950 se pasean a lo largo de las calles y carreteras. Aquí hay Chevrolets, Fords, Pontiacs, Buicks, Dodges, Plymouths, y Studebakers. Los carros oscilan desde un perfecto estado hasta completamente destartalados. Los carros bien preservados poseen exteriores que brillan con cromo y trabajos de pintura recién hechos, mientras que los vahículos en peor estado se mantienen en una pieza con partes impares y metal chatarra.
Los carros americanos fueron importados a Cuba durante alrededor de 50 años, desde el inicio del siglo XX. Después de la Revolución Cubana, el embargo de Estados Unidos fue impuesto y Castro prohibió la importación de vehículos americanos y sus respectivos repuestos. Es esta la razón que explica el por qué de la situación del país hoy en día, la cual básicamente constituye un museo viviente de coches clásicos. Los antigos coches americanos a menudo se mantienen en marcha con partes y pieces que nunca fueron elaboradas con la intención de formar parte de ellos. Por lo tanto, no es nada raro encontrar un hermoso Chevy de los 1950's con un motor ruso - algo que sería considerado un sacrilejo entre los coleccionistas serios de coches.
De los vehículos importados desde el año 1959, los Ladas rusos son los más comunes. Usted podrá ver estos pequeños y cajudos coches a donde sea que vaya. Más recientemente, los Geelys chinos, Citroëns, y Nissans han entrado en escena. Los Geelys son un popular vehículo de alquiler, y usted observará turistas conduciéndolos por gran parte de Cuba. Los carros se ven y funcionan bastante bien, pero son un poco inestables y no muy duraderos.
El gobierno ha permitido la compra y venta de coches de la época pre-revolucionaria abiertamente por varias décadas. En el pasado, los vehículos de mayor calidad fueron reservados para los dectores, oficiales comunistas, estrellas del deporte, y demás personas parte de la élite. Sin embargo, desde el año 2011, los cubanos tienen permitido comprar y vender sus vehículos libremente. Esto marcó un hito muy importante en el mercado de autos en Cuba.
Sin embargo, el gobierno controla fuertemente el nuevo mercado y cobra impuestos de muy alto valor. Por ejemplo, un Volkswagen podría costar alrededor de $70 000, mientras que un Peugeot podría venderse a $250 000. Huelga decir que estos precios son completamente inasequibles para la mayoría de los cubanos, quienes ganan alrededor de $20 por mes. Aún así, hay una clase media en continuo crecimiento en Cuba que es capaz de costear coches de lujo, incluyendo Mercedes, Audis, y BMWs. Usted ocasionalmente podrá ver estos carros paseándose por la carretera, dejando atrás a los viejos vehículos que andan por el carril derecho.
Hoy en día, existen alrededor de 60 000 coches clásicos americanos en Cuba. Los expertos estiman que aproximadamente la mitad de estos vehículos provienen de la década de 1950, mientras que el 25 porciento son de la década de 1940, y el otro 25 porciento son de los años 1930's. Los coches a menudo son reliquias familiares, heredadas de generación en generación.
Mientras maneja por Cuba, usted podrá ver hombres encorvados sobre coches, reparando motores y arreglando sistemas de evacuación. Dado a que el país carece de repuestos y en algunos casos de las herramientas necesarias para arreglar los vehículos, los locales son extremadamente astutos y se adaptan en su reparaciones. La cuestión es bastante sencilla, el ingenio cubano ha sido el fenómeno responsable de mantener a estos antiguos coches americanos en funcionamiento. Los mecánicos siempre encuentran la forma de disponer de partes imperfectas para mantener a las máquinas en marcha.
En algunos casos, los cubanos incluso han tenido que elaborar materiales desde cero para mantener a su coche con vida. Los vehículos rusos - usualmente los Ladas y Volgas - son disecados para obtener sus partes útiles, y los adornos del capó a veces son elaborados a manos a partir de metal chatarra. Los mecánicos cubanos verdaderamente pueden llamarse hechizeros y MacGyvers del mundo automovilístico.
En muchos coches viejos, las ventanas podrían no bajar por completo y el exterior podría tener varias capas de pintura. El motor original casi siempre se encuentra alterado, y muchos carros disponen de motores soviéticos alimentados por diesel. Si un vehículo no se puede reparar del todo, siempre se puede desarmar en sus respectivas partes, las cuales pueden ser usadas para restaurar otros coches clásicos.
Los viajeros pueden tomar tours mientras conducen en coches clásicos, especialmente en áreas más turísticas como Habana Vieja y Veradero. En estos lugares, suelen haber filas de hermosos carros alineados para que los visitantes puedan escoger con libertad. Muchos de los vehículos son convertibles, perfectos para pasear lentamente y tomar fotografías cómodamente.
Para tomar un tour en un coche clásico, simplemente encuentre el vehículo que sea de su mayor agrado y hágale saber al conductor por cuánto tiempo desearía manejarlo. A menudo ellos le recomendarán una ruta, pero usted dispondrá de la libertad para ir a cualquier parte que desee. Si se encuentra en La Habana, es bastante agradable conducir a lo largo del Malecón frente al mar - el atardecer es un momento especialmente hermoso para explorar y disfrutar esta sección de la ciudad.
Usted normalmente tendrá que pagar una tarifa por hora fija para estos tours; la mayoría constan de 25-40 CUC por hora. Antes de comenzar con su exclusivo tour, asegúrese de montarse y solicitarle a alguien que le tome unas cuantas fotografías mientras se encuentra en el asiento del conductor. Es altamente probable que todos sus amigos en casa se sorprendan al verlo detrás de la manivela de un Chevy del año 1956.
Muchos de los taxis en Cuba también son coches clásicos. Estos vehículos tienden a estar en una condición mucho peor a los carros que están enfocados a los ojos turísitcos, y a menudo son utilizados por los locales para transportarse por la ciudad. Los taxis son compartidos y frecuentemente transportan a un número de personas mayor a la capacidad original del vehículo. Esto genera un impacto negativo para el carro y provoca que el coche requiera de atención mecánica con mayor frecuencia.
Viajar en estos taxis brinda a los viajeros otra interesante perspectiva en la cultura de coches clásicos en Cuba. Usted podrá atestiguar el desgaste que los vehículos han sufrido a través de los años, y observar algunas de las impresionantes maneras en que han logrado mantenerse en una sola pieza. En caso de que se encuentre interesado en la mecánica, converse con su conductor sobre el estado de su coche - es probable que el mismo le cuente orgullosamente los astutos métodos que ha utilizado para mantener su vehículo en marcha y al servicio de la comunidad.
Otra cosa positiva sobre tomar los taxis de coches clásicos: aparte de los taxis-bicicleta, son la opción más económica que hay en Cuba.
Los entusiastas de coches estadounidenses no pueden esperar a poner sus manos sobre los coches clásicos en Cuba. Aunque el embargo al comercio sea completamente levantado, una actual ley cubana prohibe que los coches sean exportados de la isla. Sin embargo, eso podría cambiar algún día.
A pesar de esto, de acuerdo a algunos profesionales de coches, los coleccionistas de automóviles dedicados tienen una mejor opción tratando de comprar un coche antigüo en los Estaods Unidos; ya que la mayoría de los carros en Cuba no han recibido la mejor atención. A como hemos explicado anteriormente, la mayoría de coches cubanos se han mantenido utilizando repuestos extranjeros que podrían afectar el funcionamiento y el valor del vehículo.
Aún así, algunos coleccionistas estadounidenses podrían estar interesados en comprar coches cubanos para poderse jactar de tener un pedacito de la historia cubana. Ahí es donde aprieta el zapato - estos coches son parte de la identidad cubana, e incluso si el embargo llega a ser levantado, es bastante difícil imaginar estos coches yéndose de la isla. Esto cambiaría dramáticamente la fábrica cultural y la estética automovilística de Cuba, la cual está acostumbrada a tener estos antiguos vehículos paseando por sus calles.
En caso de que el embargo sea levantado, el mercado automovilístico cubano se llenaría de repuestos y manuales de reparación. Este sería el resultado más significativo que el levantamiento del embargo tendría en Cuba. Los coches clásicos serían reparados adecuadamente y serían conservados en las calles durante décadas.
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